5 Mitos sobre los cuestionarios
En 2012, The New York Times informó que hacer encuestas se había convertido en la nueva fiebre del oro. Ahora es 2019, y obtener una retroalimentación valiosa sigue siendo una mina de oro que permite el crecimiento de las empresas.
Sin embargo, una variedad de conceptos erróneos puede llevar a los resultados no confiables y tasas de respuesta reducidas. Es por eso que hemos creado esta breve lista de mitos que debe conocer.
Mito 1: Los cuestionarios solo revelarán lo que ya sabemos.
Cuando se ve desde la perspectiva individual, es un error fácil de cometer: con el dedo en el pulso de la oficina, puede pensar que tiene todas las respuestas. Sin embargo, numerosos factores pueden alejarle de la verdad: un empleado puede no ser sincero si siente que su pregunta lo está presionando, mientras que un consumidor puede sentirse reacio a proporcionar comentarios directos, especialmente cuando su anonimato no está protegido.
La conclusión es que sus creencias no pueden ni deben contar como hechos.
La alternativa es crear un entorno seguro que dé respuestas imparciales.
Mito 2: Construir un cuestionario es muy simple: solo preguntas, preguntas y preguntas.
Su próximo tropiezo podría surgir al decidir qué información necesita y qué debe considerarse relevante. Naturalmente, cuantos más datos recopile, más resultados procesables puede esperar. La conclusión parece lógica: debería preguntar todo.
Pero si cambiamos las lentes por un momento, las cosas se ponen al revés. Hay un término "fatiga del encuestado", que significa la condición mental de una persona que responde el cuestionario largo. En otras palabras, el cansancio de los encuestados puede provocar respuestas deshonestas o precipitadas.
Una opinión común es que la "fatiga del encuestado" se puede prevenir si el cuestionario no demora más de 10 a 20 minutos en completarse, lo que significa que debe ser breve, conciso y centrado.
Mito 3: La arquitectura de mi cuestionario es impecable. Los encuestados disfrutarán.
Su atención debe concentrarse en los aspectos cualitativos del cuestionario, así como en los cuantitativos. No los agote con preguntas abiertas, ni cause repulsión con preguntas imparciales.
Los expertos formulan este procedimiento como "empatía", ya que asume que usted está elaborando el cuestionario teniendo en cuenta el tiempo, las capacidades y las preferencias de otra persona.
Mito 3: Construir una encuesta en línea cuesta dinero. ¿Por qué invertir cuando puedo usar los recursos que tengo?
Esta pregunta debería reformularse de la siguiente manera: ¿por qué debería gastar más en el futuro cuando podría invertir menos ahora?
El cálculo es simple: hacer una encuesta requiere tiempo y recursos. Sin el soporte adecuado, podría estar invirtiendo recursos significativos en vano, y obtener resultados poco confiables.
La belleza de nuestra era digital reside en la amplia asequibilidad de las soluciones de software. Invertir en su crecimiento ya no tiene que costar mucho.
Mito 5: los incentivos son insultantes, ineficaces y caros.
Los incentivos son un terreno moral algo resbaladizo, que acerca las encuestas a las transacciones económicas. Sin embargo, siguen siendo herramientas efectivas para combatir la indiferencia y el cansancio.
Incluso los incentivos simbólicos pueden elevar las tasas de respuesta y prometer datos más precisos, lo que sin duda lo convierte en un terreno fértil para la inversión.
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